
- El otro día me dijo que se iba a comprar un elefante - tiró Jorge.
- ¿Quién? -preguntó Mingo, que ahora lo miraba atento. Dejó la taza sobre el platito y corrió la cuchara a un costado.
- El Coco -respondió Jorge.
- ¿Qué Coco?
- ¡Coco!
Mingo hizo gesto de no tener idea de quién le hablaba.
-El que te presenté acá hace un tiempo -insistió Jorge-. Estaba Juanca también, que al rato se fue porque tenía que hacer no sé qué con el hijo. ¿Te acordás que te pusiste a hablar de elefantes? De la diferencia entre los asiáticos y los africanos.
Mingo no sabía si lo estaba jodiendo o si lo había confundido con otra persona.
- ¿Yo le hablé de elefantes?- dijo arrimándose con la silla y apoyando los codos sobre la mesa.
- ¡Sí! Habías visto un documental en la televisión y saltaste con el tema.
- ¡Ah sí, el documental! Muy bueno -dijo Mingo aliviado por resolver el misterio y tomó otro sorbo de café.
- ¿Te acordás? Bueno, parece que al tipo le rompiste tanto las bolas con los elefantes que se hizo el bocho y ahora quiere comprarse uno.
- ¿Africano o asiático? -preguntó Mingo torciendo una sonrisa-.
El mozo subió el volumen de la tele porque había empezado la lotería.
- Escuchame Jorge, ¿para qué me presentás a esa gente? La vez que lo trajiste ya se notaba que era un poquito pelotudo. Como siempre, no dije nada porque te ibas a hacer el ofendido. Decime, ¿para que mierda quiere un bicho de esos?
- ¿Y yo qué sé? Se sentirá solo -respondió Jorge-. El tema es que el tipo ya lo tiene decidido y compró el pasaje a África para hablar con un vendedor que le hace precio.
- ¡Ah, ¿le hace precio?! Buenisimo. Claro, están caros los elefantes acá, con la inflación y todo el quilombo es mejor comprar afuera. ¿No averiguó en Ciudad del Este?
- No creo. Parece que ahí son todos truchos. Le tenes que cambiar la batería cada seis vueltas a la manzana.
- Encima te mea la alfombra y queda una baranda terrible -dijo Mingo y se desperezó para atrás, como para terminar con este tema-.
- ¿Pedimos otro?- dijo Jorge señalando las tazas vacías.
- ¿Qué hora es?
- Cuatro y cuarto.
- Me voy. Tengo que ver al escribano porque mi hijo quiere sacar el carnet de conductor.
- Guarda con eso. El pibe te va a meter en quilombos con el auto.
- Y seguro. Pero, ¿qué voy a hacer? Es el cumpleaños y no quiere otra cosa. Me voy, decile a Mario que me anote el feca. Mandale saludos al Coco ese, si lo ves… y no seas hijo de puta, no lo traigas más.